Precalienta el horno a 180°C (350°F). Engrasa y enharina ligeramente un molde rectangular de 26 cm para que el pan no se pegue.
Mezcla todos los ingredientes secos en un bol grande: el almidón de maíz, la harina de arroz, el almidón de mandioca, la harina de quinoa o garbanzos, el azúcar, la sal, la levadura seca, la goma xantana (o psyllium), el polvo de hornear y las especias.
En otro bol, bate los ingredientes húmedos: la leche, el agua, los huevos, el aceite y el puré de calabaza. Asegúrate de que todo esté bien incorporado y sin grumos.
Combina los ingredientes húmedos con los secos poco a poco, mezclando con una espátula o batidora de mano hasta obtener una masa homogénea. La masa debe quedar suave, ligeramente pegajosa y espesa.
Vierte la masa en el molde preparado y alisa la superficie con una espátula. Deja reposar durante unos 20-30 minutos en un lugar cálido para que la masa suba un poco antes de hornear.
Hornea durante 40-45 minutos o hasta que el pan esté dorado y al insertar un palillo, este salga limpio. El tiempo de horneado puede variar dependiendo del horno, así que vigílalo a partir de los 35 minutos.
Deja enfriar el pan en el molde durante unos 10 minutos antes de desmoldarlo y colócalo en una rejilla para que se enfríe completamente.